Además, los síntomas neuropsiquiátricos interactúan con la percepción del dolor.
Resultado: dolor crónico infradiagnosticado y poco tratado.
En los pacientes con demencia avanzada que no se comunican, los síntomas neuropsiquiátricos observables (p. ej., depresión, agitación, inquietud, posturas, expresiones verbales, etc.) no sólo son consecuencia de la neurodegeneración, sino también del dolor. Hay muchos factores que pueden estar entrelazados, provocando un cuadro clínico único que cambia con la progresión de la demencia.
Vistas las dificultades para medir el dolor ¿Cómo podemos valorar el sufrimiento? ¿Puede haber alguien tan osado para afirmar que de unos papeles se deduce que no se constata sufrimiento en una persona con demencia avanzada? Haberlos, haylos.