"Titulares, al banquillo". Hoy nos hemos desayunado una denuncia indecente. Que la sanidad privada es un negocio, que trata de disminuir gastos forzando a los pacientes más costosos a irse a la pública, no es nada nuevo. "Es el sistema, amigo". Lo nuevo es que los oncólogos arremetan contra una medida que trata de poner sensatez al actual despilfarro, y se atrevan a afirmar que esos tratamientos tan caros salvan vidas. Porque es mentira (de ahí la iniciativa Oncología con sentido común). ¡Necesitamos auditorías! Públicas y privadas. Vean los datos (NoGracias) y decidan ustedes mismas. He aquí el resumen de una experta:
- «En el tratamiento del cáncer las cosas siguen muy parecidas a cómo estaban hace 50 años. Y esto me parece vergonzoso. E igual de vergonzoso es la arrogante negación de esa vergüenza. Los avances terapéuticos desarrollados en modelos animales son comunicados como si fueran directamente aplicables a las personas. Mejoras de semanas en la supervivencia son vendidas como la cura definitiva. Estas proclamas excesivamente adornadas son profundamente dañinas para los pacientes. Nadie está ganando la batalla contra el cáncer. Es fundamentalmente publicidad, la misma retórica que las mismas voces engoladas llevan proclamando desde hace 50 años» Aza Raza, The First Cell: And the Human Costs of Pursuing Cancer to the Last, 2020.