El suicidio asistido es legal en Suiza si no existen “motivos egoístas”, no hay más legilslación. A pesar del revuelo que el turismo eutanásico provoca en los países de origen de las personas obligadas a viajar para obtener una ayuda que en sus países les niegan - una realidad que, se mire como se mire, es vergonzosa-, la práctica del suicidio asistido no para de crecer en Suiza.
Según el artículo que da título a este comentario, el tabú está desapareciendo (su aceptación es similar a la del aborto). En 2015, las tres grandes organizaciones de ayuda al suicidio acompañaron a 999 personas residentes en el país, multiplicándose por cuatro los datos de 2008.
¿Cómo explicarlo? Según teólogos e investigadores existe un cambio de valores: la generación del baby-boom que está llegando ahora a la vejez quiere vivir de manera independiente hasta el final. Por eso, cada vez más personas que no padecen enfermedad incurable quiere poder decidir del momento de su muerte. Un tercio de los casos de ayuda al suicidio en Suiza son de personas con varias enfermedades o con un principio de demencia, que se niegan a asistir al deterioro progresivo de su estado. Son personas cansadas de vivir, que no soportan más las discapacidades provocadas por la edad.
Como no existe una ley que regule la ayuda al suicidio, el personal médico se guía por sus propias directrices. A pesar de esta laguna, el Consejo Federal renunció a regular la ayuda al suicidio en 2011 y no parece que se vaya a ocupar de esta problemática en un plazo breve. Pero la presión política irá en aumento, porque el término “cansancio de vivir” es cada vez más importante en la ayuda al suicidio.
Casualidad mediática, ese mismo domingo otro medio se hacía eco del alargamiento de la esperanza de vida - ¿pronto hasta los 125 años? – y de la importancia creciente de la medicina regenerativa en la investigación. El patrón de Novartis dice: “viviremos dramáticamente más tiempo”. Pero sigue optimista gracias a los progresos de la ciencia: “Estamos investigando la manera de regenerar los músculos, el cartílago, las capacidades auditivas y la vista”.
¿Llegará un día en que las sociedades avanzadas respeten el derecho de toda persona a disponer con libertad de su cuerpo y de su vida, y a elegir libre y legalmente el momento y los medios para finalizarla? (Estatutos AFDMD, art. 2.1).
Si desea más información puede obtenerla en la web de DMD
Según el artículo que da título a este comentario, el tabú está desapareciendo (su aceptación es similar a la del aborto). En 2015, las tres grandes organizaciones de ayuda al suicidio acompañaron a 999 personas residentes en el país, multiplicándose por cuatro los datos de 2008.
¿Cómo explicarlo? Según teólogos e investigadores existe un cambio de valores: la generación del baby-boom que está llegando ahora a la vejez quiere vivir de manera independiente hasta el final. Por eso, cada vez más personas que no padecen enfermedad incurable quiere poder decidir del momento de su muerte. Un tercio de los casos de ayuda al suicidio en Suiza son de personas con varias enfermedades o con un principio de demencia, que se niegan a asistir al deterioro progresivo de su estado. Son personas cansadas de vivir, que no soportan más las discapacidades provocadas por la edad.
Como no existe una ley que regule la ayuda al suicidio, el personal médico se guía por sus propias directrices. A pesar de esta laguna, el Consejo Federal renunció a regular la ayuda al suicidio en 2011 y no parece que se vaya a ocupar de esta problemática en un plazo breve. Pero la presión política irá en aumento, porque el término “cansancio de vivir” es cada vez más importante en la ayuda al suicidio.
Casualidad mediática, ese mismo domingo otro medio se hacía eco del alargamiento de la esperanza de vida - ¿pronto hasta los 125 años? – y de la importancia creciente de la medicina regenerativa en la investigación. El patrón de Novartis dice: “viviremos dramáticamente más tiempo”. Pero sigue optimista gracias a los progresos de la ciencia: “Estamos investigando la manera de regenerar los músculos, el cartílago, las capacidades auditivas y la vista”.
¿Llegará un día en que las sociedades avanzadas respeten el derecho de toda persona a disponer con libertad de su cuerpo y de su vida, y a elegir libre y legalmente el momento y los medios para finalizarla? (Estatutos AFDMD, art. 2.1).
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