Poner demasiado énfasis en que el cáncer es una lucha que se puede ganar “con una actitud positiva” puede ser negativo. Según una investigación reciente, el 76% de las personas con cáncer han pensado que pueden morir por la enfermedad, sin embargo en muchos casos el enfoque excesivamente optimista de los oncólogos dificulta que se den conversaciones honestas sobre el pronóstico de la enfermedad y el futuro del paciente. El resultado es que muchos pacientes terminales, a los que les quedan meses de vida, no reciben el apoyo necesario para afrontar la cruda realidad.
De las personas que habían hablado sobre su futuro, sólo en el 19% de las veces la conversación la inició un profesional sanitario. Además, una cuarta parte de las personas con cáncer dijo que no habían compartido sus pensamientos sobre la muerte y el morir con nadie debido a la presión de verse como un "luchador". Más de uno de cada cuatro (28%) dijo resultaba difícil hablar honestamente sobre sus sentimientos alrededor de la enfermedad, y un número similar (28%) dijo que se sentían culpables si no eran “positivos”.
Si no hablamos de la muerte, no sabremos las preferencias de las personas al final de su vida, muriendo muchas de ellas en el hospital en contra de su voluntad. ¿Cuántas personas mueren en el hospital a la espera de pruebas o tratamientos? ¿En cuántos casos la muerte es previsible? ¿Por qué no lo han hablado explícitamente con sus médic@s, enfermer@s y familia? ¿Por qué se mantiene el tabú?
"Esa actitud de lucha sin cuartel contra el cáncer puede ayudar a algunas personas enfermas a ser optimistas, pero para otras el esfuerzo de ser valientes y tener buena cara es agotador y contraproducente a largo plazo. Tenemos que dejar que la gente defina sus propias experiencias sin que ese lenguaje “de lucha” sea una barrera que dificulte las conversaciones sobre la muerte".
De las personas que habían hablado sobre su futuro, sólo en el 19% de las veces la conversación la inició un profesional sanitario. Además, una cuarta parte de las personas con cáncer dijo que no habían compartido sus pensamientos sobre la muerte y el morir con nadie debido a la presión de verse como un "luchador". Más de uno de cada cuatro (28%) dijo resultaba difícil hablar honestamente sobre sus sentimientos alrededor de la enfermedad, y un número similar (28%) dijo que se sentían culpables si no eran “positivos”.
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"Esa actitud de lucha sin cuartel contra el cáncer puede ayudar a algunas personas enfermas a ser optimistas, pero para otras el esfuerzo de ser valientes y tener buena cara es agotador y contraproducente a largo plazo. Tenemos que dejar que la gente defina sus propias experiencias sin que ese lenguaje “de lucha” sea una barrera que dificulte las conversaciones sobre la muerte".