Hay cuatro formas de morir, nos dice: la muerte súbita; la muerte lenta y larga de la demencia; la muerte por una insuficiencia de órgano (insuficiencia cardiaca, pulmonar, hepática, renal, etc.), un sube y baja donde es difícil identificar el empeoramiento definitivo que provocará la muerte, manteniendo los médicos el tratamiento demasiado tiempo; y la muerte por cáncer avanzado, cuto proceso terminal dura unas pocas semanas.
¿Cómo quieres morir? Usted debe pensar en ello ¿Va a estar listo? ¿Voy a estar listo?
"Una muerte más horrible es la de la medicina moderna, una muerte que nunca termina. En el nombre de Hipócrates, los médicos han inventado la forma más exquisita de la tortura jamás conocida por el hombre: la supervivencia" (Buñuel).
"Luis esperó a muerte por un largo tiempo, como buen español, y cuando murió estaba listo.
Su relación con la muerte era como la que uno tiene con una mujer.
Sintió el amor, el odio, la ternura, el desapego irónico de una larga relación, y él no quería perderse el último encuentro, el momento de la unión.
Espero que voy a morir con vida, me dijo. Al final, fue como había deseado. Sus últimas palabras fueron: Me estoy muriendo" (Jean-Claude Carrière).
2ª) No podemos decidir cuándo y cómo morir. Una buena muerte es aquella en la que la muerte psicológica, el deseo de morir o el desapego, coincide en el tiempo con la muerte física, cuando un cuerpo se muere (fase de últimos días o agonía) en una persona preparada para que su vida se acabe. La cuestión no es morir antes o después, sino despedirse de este mundo, o permitir la muerte de un enfermo con demencia, cuando vivir carece de sentido. Lo importante no es que una persona padezca un cáncer avanzado o una enfermedad degenerativa, porque la peor enfermedad es la que a cada uno le toca, sin que pueda remediarlo, sino la aceptación y el afrontamiento del proceso de muerte hasta que cada cual libremeente decida. No podemos elegir de qué moriremos, pero la posibilidad de ponerle fin a nuestro sufrimiento, la libertad de morir, es un valor que ayuda enormenente a soportar la última etapa de la vida. Los creyentes en la sacralidad de la vida no lo ven, pero ya hace mucho que sabemos que la tierra no es plana, que gira alrededor del sol y que, aunque la mayoría de los seres humanos se aferran a la vida en cualquier circunstancia, no es posible entender la dignidad sin la libertad para morir en paz.