Para Naomi Klein (La doctrina del shock), el capitalismo de la catástrofe es la estrategia política de utilizar las crisis a gran escala para impulsar políticas que sistemáticamente aumentan la desigualdad, enriquecen a las elites y debilitan a todos los demás. Los momentos de crisis son su oportunidad para impulsar políticas impopulares.
Cuando las personas están demasiado angustiadas y centradas en las emergencias diarias de sobrevivir a una crisis, tienden a confiar demasiado en el poder. Tenemos que mirar más allá de las cifras del Covid y estar alerta ante las políticas que atacan el bien común.
Ante la profunda crisis ecológica, el cambio climático, es la habitabilidad del planeta lo que se está sacrificando. Es por eso que debemos pensar qué tipo de respuesta vamos a exigir, y esta tiene que estar basada en los principios de una economía verdaderamente regenerativa, basada en el cuidado y la reparación.
Cuando la gente habla sobre cuándo las cosas volverán a la normalidad, debemos recordar que la normalidad era una inmensa crisis. Es necesaria una transformación masiva hacia una economía basada en la protección de la vida, en fortalecer los lazos que nos unen en comunidad, porque estamos mucho más interconectados entre nosotros de lo que nuestro brutal sistema económico quiere hacernos creer. Abramos los ojos y desarrollemos nuevas herramientas para la desobediencia civil que nos permitan actuar a distancia, luchemos para que como sociedad construyamos un sistema con sanidad pública, escuela infantil universal y baja por enfermedad retribuida. La normalidad no es un lugar al que podamos volver: es un lugar que tenemos que construir juntos y un lugar por el que tenemos que luchar.
Cuando las personas están demasiado angustiadas y centradas en las emergencias diarias de sobrevivir a una crisis, tienden a confiar demasiado en el poder. Tenemos que mirar más allá de las cifras del Covid y estar alerta ante las políticas que atacan el bien común.
Ante la profunda crisis ecológica, el cambio climático, es la habitabilidad del planeta lo que se está sacrificando. Es por eso que debemos pensar qué tipo de respuesta vamos a exigir, y esta tiene que estar basada en los principios de una economía verdaderamente regenerativa, basada en el cuidado y la reparación.
Cuando la gente habla sobre cuándo las cosas volverán a la normalidad, debemos recordar que la normalidad era una inmensa crisis. Es necesaria una transformación masiva hacia una economía basada en la protección de la vida, en fortalecer los lazos que nos unen en comunidad, porque estamos mucho más interconectados entre nosotros de lo que nuestro brutal sistema económico quiere hacernos creer. Abramos los ojos y desarrollemos nuevas herramientas para la desobediencia civil que nos permitan actuar a distancia, luchemos para que como sociedad construyamos un sistema con sanidad pública, escuela infantil universal y baja por enfermedad retribuida. La normalidad no es un lugar al que podamos volver: es un lugar que tenemos que construir juntos y un lugar por el que tenemos que luchar.