Un profesor británico de 63 años, diagnosticado de Alzheimer en 2015, ha decidido disponer de su vida en Suiza, porque no desea hacer frente al deterioro progresivo e incurable de esta enfermedad. Soltero y sin hijos, ha sido testigo del sufrimiento y la indignidad soportados por su padre, que también padeció demencia. Su madre y sus dos hermanas respetan su decisión. “No estoy dispuesto para pasar por ese sufrimiento, ni a renunciar a mi autonomía, a vivir una vida en la que no pueda coger un cuchillo o un tenedor y necesite ayuda para ir al servicio”.
Como en España, el suicidio asistido es un delito en el Reino Unido. En Suiza es legal, mientras los pacientes tengan la capacidad mental de decidir cuándo la llegado el momento. Si la demencia avanza y se desorientan, no pueden obtener esa ayuda para morir.
El profesor lleva actualmente una vida activa, con algunas pérdidas de memoria. Por ello, tiene que hacer un juicio cuidadoso sobre cuándo viajar a Suiza: "Mi preocupación cotidiana es que la demencia se agrave y sea demasiado tarde para tomar mi decisión".
Previamente debe obtener un informe de un psiquiatra declarando que es mentalmente competente para disponer de su vida. No es fácil, porque los colegios de médicos mantienen una posición muy conservadora, que no respeta la voluntad de las personas: “La mejor manera de ayudar a los pacientes con demencia es darles el mejor cuidado posible. El suicidio asistido es el abandono definitivo”.
A diferencia de Suiza, en Benelux existe una regulación que permite la eutanasia en personas que han dejado escrita su voluntad en un testamento vital. Las personas con demencia que mueren por eutanasia son menos del 2% del total de eutanasias, sin embargo la falacia de la pendiente resbaladiza, la profecía del caos, se sigue utilizando como si fuera verdad.
Lamentablemente, en España, si su usted padece una demencia y no desea llegar a ser dependiente o a un estado mental en el que ya ni siquiera reconozca a sus seres queridos, no le queda otra opción que adelantar su muerte. Es importante que firme un testamento vital, rechazando las medidas de soporte vital cuando ya no se pueda expresar, pero lo más probable es que nadie pueda evitar que sufra durante años las etapas de demencia moderada y avanzada. Sólo al final, cuando pierda la capacidad para tragar, cuando padezca una neumonía tan grave que ponga en peligro su vida, se podrán rechazar los tratamientos de los que habla el testamento vital.
Es cruel, es absurdo, es una vergüenza que haya personas que por temor a perder el control sobre su vida, se vean obligadas a morir cuando su proyecto vital aún no ha finalizado. Pero así es el código penal.
El profesor lleva actualmente una vida activa, con algunas pérdidas de memoria. Por ello, tiene que hacer un juicio cuidadoso sobre cuándo viajar a Suiza: "Mi preocupación cotidiana es que la demencia se agrave y sea demasiado tarde para tomar mi decisión".
Previamente debe obtener un informe de un psiquiatra declarando que es mentalmente competente para disponer de su vida. No es fácil, porque los colegios de médicos mantienen una posición muy conservadora, que no respeta la voluntad de las personas: “La mejor manera de ayudar a los pacientes con demencia es darles el mejor cuidado posible. El suicidio asistido es el abandono definitivo”.
A diferencia de Suiza, en Benelux existe una regulación que permite la eutanasia en personas que han dejado escrita su voluntad en un testamento vital. Las personas con demencia que mueren por eutanasia son menos del 2% del total de eutanasias, sin embargo la falacia de la pendiente resbaladiza, la profecía del caos, se sigue utilizando como si fuera verdad.
Lamentablemente, en España, si su usted padece una demencia y no desea llegar a ser dependiente o a un estado mental en el que ya ni siquiera reconozca a sus seres queridos, no le queda otra opción que adelantar su muerte. Es importante que firme un testamento vital, rechazando las medidas de soporte vital cuando ya no se pueda expresar, pero lo más probable es que nadie pueda evitar que sufra durante años las etapas de demencia moderada y avanzada. Sólo al final, cuando pierda la capacidad para tragar, cuando padezca una neumonía tan grave que ponga en peligro su vida, se podrán rechazar los tratamientos de los que habla el testamento vital.
Es cruel, es absurdo, es una vergüenza que haya personas que por temor a perder el control sobre su vida, se vean obligadas a morir cuando su proyecto vital aún no ha finalizado. Pero así es el código penal.