“Hay días malos, días que crecen
en un charco de lágrimas…”
Entonces y además
Cuando el llanto, partido en dos mitades,
cuelga, sombríamente, de las manos,
y el viento, vengador, viene y va, estira
el corazón, ensancha el desamparo.
Cuando el llanto, tendido como un llanto
silencioso, se arrastra por las calles
solitarias, se enreda entre los pies,y luego suavemente se deshace.
Cuando morir es ir donde no hay nadie,
nadie, nadie; caer, no llegar nunca,
nunca, nunca; morirse y no poder
hablar, gritar, hacer la gran pregunta.
Cuando besar una mujer desnuda
sabe a ceniza, a bajamar, a broza,y el abrazo final es esa franja
sucia que deja, en bajamar, la ola.
Entonces, y también cuando se toca
las dos manos el vacío, el hueco,y no hay donde apoyarse, no hay columnas
que no sean de sombra y de silencio.
Entonces, y además cuando da miedo
ser hombre, y estar solo es estar solo,
nada más que estar solo, sorprenderse
de ser hombre, ajenarse: ahogarse sólo.
en un charco de lágrimas…”
Entonces y además
Cuando el llanto, partido en dos mitades,
cuelga, sombríamente, de las manos,
y el viento, vengador, viene y va, estira
el corazón, ensancha el desamparo.
Cuando el llanto, tendido como un llanto
silencioso, se arrastra por las calles
solitarias, se enreda entre los pies,y luego suavemente se deshace.
Cuando morir es ir donde no hay nadie,
nadie, nadie; caer, no llegar nunca,
nunca, nunca; morirse y no poder
hablar, gritar, hacer la gran pregunta.
Cuando besar una mujer desnuda
sabe a ceniza, a bajamar, a broza,y el abrazo final es esa franja
sucia que deja, en bajamar, la ola.
Entonces, y también cuando se toca
las dos manos el vacío, el hueco,y no hay donde apoyarse, no hay columnas
que no sean de sombra y de silencio.
Entonces, y además cuando da miedo
ser hombre, y estar solo es estar solo,
nada más que estar solo, sorprenderse
de ser hombre, ajenarse: ahogarse sólo.
Entonces y además
(...)
Cuando morir es ir donde no hay nadie,
nadie, nadie; caer, no llegar nunca,
nunca, nunca; morirse y no poder
hablar, gritar, hacer la gran pregunta.
(...)
Entonces, y además cuando da miedo
ser hombre, y estar solo es estar solo,
nada más que estar solo, sorprenderse
de ser hombre, ajenarse: ahogarse sólo.
Blas de Otero (poema completo en Lea más)