Guion de mi intervención (Fernando Marín, minuto 48) del 17/12/2021, con 5 ideas:
1. ¿Libres para morir? Pues no, solo si cumples los requisitos.
«No hay sino un problema filosófico realmente serio: el suicidio. Juzgar que la vida vale o no la pena de ser vivida equivale a responder a la cuestión fundamental de la filosofía».
ALBERT CAMUS, El mito de Sísifo, 1942.
Luego tuvimos la siguiente conversación con Maite Climent, de la Asociación Madrileña de Salud Mental
- La libertad tutelada: una contradicción insalvable, inherente a la regulación de la muerte asistida. Todo valor o idea compleja que se regula se deteriora. Libertad, belleza, paz, felicidad, sufrimiento, voluntad de morir... (metáfora del idílico viaje en autocaravana vs. los test del examen del carné conducir).
- Eutanasia: muerte medicalizada: sufrimiento físico o psíquico constante e intolerable por enfermedad grave e incurable o padecimiento grave crónico e imposibilitante. La restringe, pero es un gran avance por su significado antropológico (la muerte domesticada) y por el protagonismo de la autonomía, de la libertad, aunque sea con permiso de los sanitarios. Ojo: la muerte voluntaria ya existía, pero sólo si tu vida depende de un tratamiento que tienes derecho a rechazar ("paradoja de la máquina").
- Pensamiento religioso: la vida es de Dios, él (o ella, porque dios es una idea) la da y ella la quita. LORE: "secularización de la vida y conciencia social y de los valores de las personas". Laica? No tanto, pero vamos madurando, estamos en camino.
- Frente al imaginario, la identificación socio-cultural del suicidio con la enfermedad mental, existe la emergencia social del valor de la disponibilidad de la propia vida.
- Para el Tribunal Constitucional (TC) es un agere licere, algo para lo que por el hecho de ser persona tienes licencia para hacer. El Tribunal Supremo en su sentencia 141/2021 afirma que "el asesoramiento de la Asociación DMD a las personas al final de su vida es una promoción del derecho a la vida", y recuerda que según el TC "la decisión de una persona de terminar con su vida queda al margen del ámbito del derecho a la vida del artículo 15 de la Constitución, es decir, que no existe un deber de vivir sino que la esfera de la libertad de las personas autoriza poder adoptar una decisión de esa naturaleza”.
- Pero no se trata solo de morir, sino de morir bien = como tú quieras, con la responsabilidad de un ser humano. No es igual a los 20 que a los 80. Prevención del suicidio infantil y adolescente: si. En el resto, si es voluntaria (=responsable), lo que hay prevenir es la desigualdad social (esas son las personas vulnerables, las pobres). “Si me habla de suicidio llamo a la policía”.
- Falacias de la pendiente resbaladiza y del deseo de adelantar la muerte. No es un "síndrome de la desesperación final o de desmoralización, un grito de ayuda, o un deseo de vivir pero no de ese modo". Si es un medio de acabar con el sufrimiento, una manera de controlar la situación, una expresión de libertad, que debe ser respetada.
- Prevención del suicidio violento y en soledad, siempre en soledad, de adolescentes y jóvenes: OK.
- Una oportunidad perdida de poner sobre la mesa la situación (desastrosa) de la salud mental en España
- La Ley no distingue entre las Actividades Básicas de la Vida Diaria (supervivencia) y las instrumentales (AIVD), que permiten una vida social. Carecer de ambas puede ser imposibilitante.
- Honestidad: ¿Y si lo mejor (o lo menos malo) es morir? "Cuando el trastorno mental es para los profesionales de salud mental como un tumor cerebral".
- La mejor muerte es la muerte voluntaria, pero no preventiva (sería un error), ni violenta. Antonio Aramayona.
- ¿Qué pasaría si todas tuviéramos acceso a un kit de suicidio (la píldora de Drión)? Nada. Los del piso 12 no se tiran, porque es una salvajada. No se trata de morir de cualquier manera, es cruel y provoca víctimas.
- La soberbia de la psiquiatría a veces es parecida a la paliativa: yo sí que sé cuidarte (aunque a pesar de mi sabiduría, tú desees morir). Es muy dura, instalada en una happycracia, un optimismo cruel que practica un encarnizamiento moral porque niega el sufrimiento y la opción de la muerte voluntaria, con la hipocresía propia de las antiguas y las nuevas religiones (como el poder de los psicofármacos). MI única propuesta es: ¡Que se joda Ramón Sampedro! "Cartas desde el infierno".
- Cuando esperar la muerte, durante años, no merece la pena, hay que respetar a aquellas personas que tengas las agallas de pensar "su" muerte y ponerle fin a su existencia, de una forma pacífica y compartida (civilizada: con-vivir y con-morir). Muerte voluntaria por vida completa: ¿Podremos decidir el día de nuestra muerte? Algunos YA lo hacen, en secreto (EEUU). Se plantan, ese es el juego, ni mejor, ni peor, porq hay que jugar, cada una con sus cartas....
- ¿Necesitamos a los médicos o sólo el acceso a "sus" drogas? Ya nos organizaremos/acompañaremos entre nosotras: utopía/distopía. Lo veremos.
«No hay sino un problema filosófico realmente serio: el suicidio. Juzgar que la vida vale o no la pena de ser vivida equivale a responder a la cuestión fundamental de la filosofía».
ALBERT CAMUS, El mito de Sísifo, 1942.
Luego tuvimos la siguiente conversación con Maite Climent, de la Asociación Madrileña de Salud Mental