Hace tiempo (2008), en el blog Per Ardua ad Astra aparecía la sifuiente reflexión: ¿podéis decirme alguno qué diferencia sólida hay entre las sedaciones y la eutanasia? Y no me refiero a chorradas como “que al retirar los sedantes, la persona sí se despierta". ¿Qué diferencia hay entre matar directamente a alguien y sedarlo, anulándolo como persona hasta que le llega la muerte? ¿Acaso ese sueño farmacológico no es un sólido anticipo de la muerte próxima e inevitable? O sea: ¿por qué nos parece bien que Mar o Luisa durmiesen profunda y permanentemente antes de morir, pero nos hubiera parecido rematadamente mal que el médico adelantase el desenlace?
"Tanto gilipollas y tan pocas balas", se subtitula este blog. Sin comentarios...
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