Generalmente, los libros de autoayuda son un compendio de frases bonitas, "lugares comunes" y consejos vacíos. Sin embargo, las reflexiones que hace Albert Espinosa en su libro El Mundo Amarillo (Grijalbo, 2011) todavía no lo son, pero deberían serlo, lugares comunes que nos permitan hablar de la muerte. Resumo:
Fue la lección que aprendí del cáncer. Perdí el miedo a morir. ¿Cómo se consigue? ¿Qué significa perder el miedo a la muerte: eres más osado, eres más impulsivo, no temes a nada en la vida? La gente desea una receta rápida. Las recetas no existen, pero hay cosas que puedes hacer, que debes interiorizar, creer que son verdad y ponerlas en práctica.
Fue la lección que aprendí del cáncer. Perdí el miedo a morir. ¿Cómo se consigue? ¿Qué significa perder el miedo a la muerte: eres más osado, eres más impulsivo, no temes a nada en la vida? La gente desea una receta rápida. Las recetas no existen, pero hay cosas que puedes hacer, que debes interiorizar, creer que son verdad y ponerlas en práctica.
Lo primero que debemos que hacer es hablar de la muerte. No puedes perderle el miedo a algo si no hablas de ello. Piensa que es algo natural, algo por lo que pasarás, algo no negativo. La muerte no es mala. Habla de tu muerte y de la muerte de la gente que tienes a tu alrededor, cómo desean morir, qué temen de la muerte.
Lo mejor es comenzar desde lejos e ir acercándose. A mí me encanta preguntar: ¿cuál es la muerte que te ha afectado más? Esta única pregunta sobre la muerte abre caminos. Descubres tantas y tantas cosas…
Al fin y al cabo la gente habla de trabajos que hará, novias que tendrá o viajes que realizará. Y seguramente no hará esos viajes, ni tendrá esas novias y quizá no logre esos trabajos. Pero seguro que morirá. Si alguien te habla de una muerte cercana no superada simplemente escucha, pregunta mucho y poca cosa más. Es casi como cuando te hablan de un viaje o de una nueva experiencia.
La muerte es algo bueno. La gente celebra vida, celebra bautizos, y debería celebrar la muerte de un ser querido, para que forme parte del recuerdo. Porque la muerte en sí no existe, cuando alguien muere sus recuerdos perduran, su vida se divide entre la gente que lo conoció y lo quiso. No tengas miedo a desaparecer. Es algo que tarde o temprano harás.
Habla de tu propia muerte y comparte qué te gustaría que hicieran los demás cuando mueras. Deseos desde la muerte, deseos llenos de vida. A mí me gustaría morir un viernes. Deberías comenzar por desear una fecha para morir: un día, una estación, un lugar. No es macabro, la muerte no es macabra, abandonar este mundo no es macabro. Reflexionar sobre tu muerte es el primer paso para vivir una buena muerte.
Piensa en tu muerte, y en lo que deseas hacer en este mundo. La muerte es el fundamento del mundo amarillo. El mundo amarillo se basa en saber que puedes perder y puedes ganar. Esta vida trata de eso: de perder y de ganar. Habrá épocas en las que sólo perderás, así que recuerda que hubo un tiempo en el que sólo ganaste.
Muere, cuando sea, cuando toque. No busques la muerte, pero no le tengas miedo. El cáncer hizo que muchas veces tropezara con la muerte, que me la encontrara de frente. Y olvida tus miedos: perder a tu gente, perder tus cosas, perder lo que eres. En realidad, no pierdes nada, absolutamente nada. Créeme, aparta el miedo, aparta el pavor y mira a la palabra muerte de tú a tú. Visualízala, tan sólo eso.
Lo mejor es comenzar desde lejos e ir acercándose. A mí me encanta preguntar: ¿cuál es la muerte que te ha afectado más? Esta única pregunta sobre la muerte abre caminos. Descubres tantas y tantas cosas…
Al fin y al cabo la gente habla de trabajos que hará, novias que tendrá o viajes que realizará. Y seguramente no hará esos viajes, ni tendrá esas novias y quizá no logre esos trabajos. Pero seguro que morirá. Si alguien te habla de una muerte cercana no superada simplemente escucha, pregunta mucho y poca cosa más. Es casi como cuando te hablan de un viaje o de una nueva experiencia.
La muerte es algo bueno. La gente celebra vida, celebra bautizos, y debería celebrar la muerte de un ser querido, para que forme parte del recuerdo. Porque la muerte en sí no existe, cuando alguien muere sus recuerdos perduran, su vida se divide entre la gente que lo conoció y lo quiso. No tengas miedo a desaparecer. Es algo que tarde o temprano harás.
Habla de tu propia muerte y comparte qué te gustaría que hicieran los demás cuando mueras. Deseos desde la muerte, deseos llenos de vida. A mí me gustaría morir un viernes. Deberías comenzar por desear una fecha para morir: un día, una estación, un lugar. No es macabro, la muerte no es macabra, abandonar este mundo no es macabro. Reflexionar sobre tu muerte es el primer paso para vivir una buena muerte.
Piensa en tu muerte, y en lo que deseas hacer en este mundo. La muerte es el fundamento del mundo amarillo. El mundo amarillo se basa en saber que puedes perder y puedes ganar. Esta vida trata de eso: de perder y de ganar. Habrá épocas en las que sólo perderás, así que recuerda que hubo un tiempo en el que sólo ganaste.
Muere, cuando sea, cuando toque. No busques la muerte, pero no le tengas miedo. El cáncer hizo que muchas veces tropezara con la muerte, que me la encontrara de frente. Y olvida tus miedos: perder a tu gente, perder tus cosas, perder lo que eres. En realidad, no pierdes nada, absolutamente nada. Créeme, aparta el miedo, aparta el pavor y mira a la palabra muerte de tú a tú. Visualízala, tan sólo eso.