Hay un elefante en la habitación.
Es grande y rechoncho,
por eso es difícil pasar a su lado.
Sin embargo, pasamos apretados
y decimos “¿Cómo estás?”
Y… “Estoy bien”...
Y mil y una otras formas de parloteo trivial.
Hablamos del tiempo.
Hablamos del trabajo.
Hablamos de todo lo demás,
excepto del elefante en la habitación.
Hay un elefante en la habitación.
Todos sabemos que está allí.
Pensamos en el elefante
cuando caminamos juntos.
Está constantemente en nuestras mentes.
Y, como se puede ver,
es un elefante muy grande.
Nos ha lastimado a todos.
Pero no hablamos
del elefante en la habitación.
Por favor, digamos su nombre.
Por favor, digamos “Barbara” otra vez.
Por favor, hablemos del elefante en la habitación.
Porque si hablamos sobre su muerte,
quizás podamos hablar sobre su vida…
¿Puedo decirles “Barbara” y que ustedes no miren para otro lado?
Porque si no puedo, entonces me están dejando
Sola...
En una habitación...
Con un elefante.
(The elephant in the room)
Es grande y rechoncho,
por eso es difícil pasar a su lado.
Sin embargo, pasamos apretados
y decimos “¿Cómo estás?”
Y… “Estoy bien”...
Y mil y una otras formas de parloteo trivial.
Hablamos del tiempo.
Hablamos del trabajo.
Hablamos de todo lo demás,
excepto del elefante en la habitación.
Hay un elefante en la habitación.
Todos sabemos que está allí.
Pensamos en el elefante
cuando caminamos juntos.
Está constantemente en nuestras mentes.
Y, como se puede ver,
es un elefante muy grande.
Nos ha lastimado a todos.
Pero no hablamos
del elefante en la habitación.
Por favor, digamos su nombre.
Por favor, digamos “Barbara” otra vez.
Por favor, hablemos del elefante en la habitación.
Porque si hablamos sobre su muerte,
quizás podamos hablar sobre su vida…
¿Puedo decirles “Barbara” y que ustedes no miren para otro lado?
Porque si no puedo, entonces me están dejando
Sola...
En una habitación...
Con un elefante.
(The elephant in the room)