El caso de José es de los más bestias de estos casi tres años de Ley de eutanasia. Lo conocimos porque decidieron hacerlo público (Antena3, CuatroTV), pero no todas las personas son capaces de eso. ¿A cuántas personas se estará impidiendo en todo el Estado español el ejercicio de su derecho a una muerte asistida? No es posible saberlo. "Durante meses, fueron muy crueles con nosotros", contaba su hermana. No hay derecho. José demuestra que la regulación de la eutanasia también produce monstruos.
Para morir bien, una de las cosas más importantes es que te quieran. José es un ejemplo de coraje, de amor y de lucha, de respeto a su voluntad. ¡Enhorabuena a su hermana Sandra y su madre, que le acompañaron con el respeto que se merece la dignidad de todo ser humano!
Foto: Paco Puentes (El País)
Para morir bien, una de las cosas más importantes es que te quieran. José es un ejemplo de coraje, de amor y de lucha, de respeto a su voluntad. ¡Enhorabuena a su hermana Sandra y su madre, que le acompañaron con el respeto que se merece la dignidad de todo ser humano!
Foto: Paco Puentes (El País)
El 26 de marzo de 2021 José Díaz, un joven onubense de 30 años, sufrió una necrosis cerebral por un accidente doméstico. Se quedó ciego, con movilidad reducida (solo puede mover un brazo y la cabeza), dificultades para tragar, para hablar y unos dolores que no consigue aliviar con medicamentos.
Por el progresivo empeoramiento de sus secuelas, por su sufrimiento, contante e intolerable, tras dos intentos de suicidio, el 26/6/2022 solicitó la eutanasia. En toda la ciudad de Huelva no encontró ningún médico que se hiciera cargo de su solicitud y lo enviaron a Manzanilla, un pueblo situado a más de 50 kilómetros de su ciudad, a una hora y pico en coche. Su supuesto médico responsable resultó ser un objetor encubierto, que le espetó a su familia que “lo de Ramón Sampedro era una asesinato” y le hizo un informe desfavorable.
José y su familia recurrieron a la Comisión de Garantía y Evaluación de Andalucía, que el 2/9/22 les comunicó que no atendía a sus razones, negándole su derecho a morir.
Entonces buscaron el amparo de la justicia. Un año más tarde, el juzgado contencioso administrativo nº 3 de Huelva desestimó su recurso en la sentencia 234/2023 de 19 de septiembre, y con ello la protección de sus derechos fundamentales.
Tres meses después, solicitó de nuevo la eutanasia, y le dijeron que había dudas sobre su nacionalidad. Volvió a hacerlo y, por fin, el 28/12/23 se inició la tramitación con una nueva médica de familia, que aceptó ser su médica responsable (esta vez, sin trampas). Nadie sabe por qué, alguien dijo que el médico consultor debía ser un neurólogo y que tardarían un año en darle cita. En diciembre contó su situación en una televisión de Huelva, con repercusión nacional a primeros de 2024. Entonces la excusa fue que todos los médicos del hospital Juan Ramón Jiménez que podían hacer de consultor eran objetores. ¡Qué vergüenza! Salieron en televisión y, por fin, una médica consultora le hizo un informe favorable. El 22/2/2024 la misma CGE que un año y pico antes le negó su derecho, autorizó su prestación. Murió el 1/4/204.
"Y yo me iré, y se quedarán los pájaros cantando", escribió el poeta. Así fue, pero con demasiado dolor.
Por el progresivo empeoramiento de sus secuelas, por su sufrimiento, contante e intolerable, tras dos intentos de suicidio, el 26/6/2022 solicitó la eutanasia. En toda la ciudad de Huelva no encontró ningún médico que se hiciera cargo de su solicitud y lo enviaron a Manzanilla, un pueblo situado a más de 50 kilómetros de su ciudad, a una hora y pico en coche. Su supuesto médico responsable resultó ser un objetor encubierto, que le espetó a su familia que “lo de Ramón Sampedro era una asesinato” y le hizo un informe desfavorable.
José y su familia recurrieron a la Comisión de Garantía y Evaluación de Andalucía, que el 2/9/22 les comunicó que no atendía a sus razones, negándole su derecho a morir.
Entonces buscaron el amparo de la justicia. Un año más tarde, el juzgado contencioso administrativo nº 3 de Huelva desestimó su recurso en la sentencia 234/2023 de 19 de septiembre, y con ello la protección de sus derechos fundamentales.
Tres meses después, solicitó de nuevo la eutanasia, y le dijeron que había dudas sobre su nacionalidad. Volvió a hacerlo y, por fin, el 28/12/23 se inició la tramitación con una nueva médica de familia, que aceptó ser su médica responsable (esta vez, sin trampas). Nadie sabe por qué, alguien dijo que el médico consultor debía ser un neurólogo y que tardarían un año en darle cita. En diciembre contó su situación en una televisión de Huelva, con repercusión nacional a primeros de 2024. Entonces la excusa fue que todos los médicos del hospital Juan Ramón Jiménez que podían hacer de consultor eran objetores. ¡Qué vergüenza! Salieron en televisión y, por fin, una médica consultora le hizo un informe favorable. El 22/2/2024 la misma CGE que un año y pico antes le negó su derecho, autorizó su prestación. Murió el 1/4/204.
"Y yo me iré, y se quedarán los pájaros cantando", escribió el poeta. Así fue, pero con demasiado dolor.