| El mundo está patas arriba: mientras que en los países pobres se muere mal por falta de medios (como el agua potable, el pan o el acceso a la sanidad), en los ricos el exceso de tecnología provoca que el proceso de muerte sea mucho peor de lo que debería ser. Este es el tema del formidable corto de animación, ganador del Goya en 2010, La Dama y la Muerte. |
El mundo está patas arriba: mientras que en los países pobres se muere mal por falta de medios (como el agua potable, el pan o el acceso a la sanidad), en los ricos el exceso de tecnología provoca que el proceso de muerte sea mucho peor de lo que debería ser. Este es el tema del formidable corto de animación, ganador del Goya en 2010, La Dama y la Muerte.
Que no todo lo técnamente posible es éticamente aceptable, es una afirmación de consenso. Ahora hace falta que los profesionales se lo crean y lo incorporen a su praxis, respetando la voluntad de los pacientes que, por encima de la supervivencia, desean evitar el sufrimiento y deliberando con aquellos otros muchos pacientes y sobre todo familias que, en lugar de aceptar lo inevitable, se aferran a opciones que conducen al encarnizamiento terapéutico. Sentido común, respeto y prudencia, ese es el camino de la muerte digna.
Que no todo lo técnamente posible es éticamente aceptable, es una afirmación de consenso. Ahora hace falta que los profesionales se lo crean y lo incorporen a su praxis, respetando la voluntad de los pacientes que, por encima de la supervivencia, desean evitar el sufrimiento y deliberando con aquellos otros muchos pacientes y sobre todo familias que, en lugar de aceptar lo inevitable, se aferran a opciones que conducen al encarnizamiento terapéutico. Sentido común, respeto y prudencia, ese es el camino de la muerte digna.