El tiempo.
Llega un momento en la vida cuando el tiempo nos alcanza. (No sé si expreso esto bien.) Quiero decir que a partir de tal edad nos vemos sujetos al tiempo y obligados a contar con él, como si alguna colérica visión con espada centelleante nos arrojara del paraíso primero, donde todo hombre ha vivido una vez libre del aguijón de la muerte. ¡Años de niñez en que el tiempo no existe! Un día, unas horas son entonces cifra de la eternidad. ¿Cuántos siglos caben en las horas de un niño? (...).
Te quiero (leer poema)
Te lo he dicho con el viento, iracundo como órgano impetuoso;
con el sol, que sonríe en todas las cosas inocentes;
con las nubes, frentes melancólicas que sostienen el cielo, tristezas fugitivas;
con las plantas, con el agua, con el miedo, con la alegría, con el hastío, con las terribles palabras.
Pero así no me basta:
más allá de la vida,
quiero decírtelo con la muerte;
más allá del amor,
quiero decírtelo con el olvido.
Cómo llenarte, soledad
sino contigo misma
(Soliloquio del farero)
Por la costa del sur, sobre una roca
alta junto a la mar, el cementerio
aquel descansa en codiciable olvido,
y el agua arrulla el sueño del pasado
(Elegía anticipada)
Todo lo que es hermoso tiene su instante y pasa.
(Las ruinas)
“Hermosa era aquella llama, breve
como todo lo hermoso: luz y ocaso”.
(Tristeza del recuerdo)
Llega un momento en la vida cuando el tiempo nos alcanza. (No sé si expreso esto bien.) Quiero decir que a partir de tal edad nos vemos sujetos al tiempo y obligados a contar con él, como si alguna colérica visión con espada centelleante nos arrojara del paraíso primero, donde todo hombre ha vivido una vez libre del aguijón de la muerte. ¡Años de niñez en que el tiempo no existe! Un día, unas horas son entonces cifra de la eternidad. ¿Cuántos siglos caben en las horas de un niño? (...).
Te quiero (leer poema)
Te lo he dicho con el viento, iracundo como órgano impetuoso;
con el sol, que sonríe en todas las cosas inocentes;
con las nubes, frentes melancólicas que sostienen el cielo, tristezas fugitivas;
con las plantas, con el agua, con el miedo, con la alegría, con el hastío, con las terribles palabras.
Pero así no me basta:
más allá de la vida,
quiero decírtelo con la muerte;
más allá del amor,
quiero decírtelo con el olvido.
Cómo llenarte, soledad
sino contigo misma
(Soliloquio del farero)
Por la costa del sur, sobre una roca
alta junto a la mar, el cementerio
aquel descansa en codiciable olvido,
y el agua arrulla el sueño del pasado
(Elegía anticipada)
Todo lo que es hermoso tiene su instante y pasa.
(Las ruinas)
“Hermosa era aquella llama, breve
como todo lo hermoso: luz y ocaso”.
(Tristeza del recuerdo)