(Pintura de Nacho Puerto)
"Mi padre se está muriendo. Está en su cama, rodeado de sus seis hijos y de todos sus nietos. Está dormido. Se ha despedido de todos con alegría, tiene 90 años, tenía muchas ganas. Cuando le dijimos que le íbamos a poner una sedación y que se despertaría en el cielo, sonrió y dijo: !la mejor noticia! Esas han sido sus últimas palabras.
Le estamos acompañando en estas horas, llorando, riendo, rezando, cada uno desde su credo, hemos cantado las canciones que nos enseñó de niños, recordado anécdotas... Estas horas dan para mucho.
Todo este milagro está siendo posible gracias a que mi padre tenía firmado un testamento vital. En los últimos meses, el tema de la muerte era su conversación favorita, le gustaba hablar de esta vida y de la otra, de cómo quería que fueran las cosas al final de su vida, en el funeral...
Gracias a eso, cuando hace tres días la doctora nos dijo: tiene problemas respiratorios, hay que ingresarle, dijimos !no! Queremos cuidarle en casa.
Hemos tenido la ayuda de la asociacion dmd para la sedación paliativa, todo se está desarrollando como él quería.
Estoy triste y contenta a la vez, está siendo una gran experiencia, ¡cuanto hay que aprender de la muerte! Hasta los nietos más pequeños están aquí, viviendo lo que hay.
Esta sociedad nuestra no sabe gestionar la muerte, aislamos a los moribundos en fríos hospitales, prolongamos las agonías durante días y días, gracias a los avances de la medicina y, lo más importante, Nos perdemos las enseñanzas que la acompañan".
"Mi padre se está muriendo. Está en su cama, rodeado de sus seis hijos y de todos sus nietos. Está dormido. Se ha despedido de todos con alegría, tiene 90 años, tenía muchas ganas. Cuando le dijimos que le íbamos a poner una sedación y que se despertaría en el cielo, sonrió y dijo: !la mejor noticia! Esas han sido sus últimas palabras.
Le estamos acompañando en estas horas, llorando, riendo, rezando, cada uno desde su credo, hemos cantado las canciones que nos enseñó de niños, recordado anécdotas... Estas horas dan para mucho.
Todo este milagro está siendo posible gracias a que mi padre tenía firmado un testamento vital. En los últimos meses, el tema de la muerte era su conversación favorita, le gustaba hablar de esta vida y de la otra, de cómo quería que fueran las cosas al final de su vida, en el funeral...
Gracias a eso, cuando hace tres días la doctora nos dijo: tiene problemas respiratorios, hay que ingresarle, dijimos !no! Queremos cuidarle en casa.
Hemos tenido la ayuda de la asociacion dmd para la sedación paliativa, todo se está desarrollando como él quería.
Estoy triste y contenta a la vez, está siendo una gran experiencia, ¡cuanto hay que aprender de la muerte! Hasta los nietos más pequeños están aquí, viviendo lo que hay.
Esta sociedad nuestra no sabe gestionar la muerte, aislamos a los moribundos en fríos hospitales, prolongamos las agonías durante días y días, gracias a los avances de la medicina y, lo más importante, Nos perdemos las enseñanzas que la acompañan".