El 57% murieron (203), al resto se les dio el alta, encontrando 8 signos asociados a la muerte en los siguientes 3 días:
1)Pupilas no reactivas
2) Menor respuesta a estímulos verbales
3) Menor respuesta a estímulos visuales
4) Incapacidad para cerrar los párpados
5) Caída del pliegue nasolabial (cara relajada)
6) Hiperextensión del cuello (la cabeza se inclina cuando está acostado)
7) Gruñidos de las cuerdas vocales
8) Hemorragia digestiva alta
¿Los últimos tres días de vida? Para llegar aquí no hacía falta que se tomaran la molestia, porque cualquier persona con sentido común reconoce a un enfermo grave y piensa que quizás se esté muriendo. ¿Es necesario investigar lo obvio? ¿No será que los médicos no aceptan la muerte ni siquiera cuando la tienen delante? En ese caso el camino a seguir es otro.
Si de verdad queremos ayudar a los pacientes avanzados abandonemos la negación de la muerte y reconozcamos su presencia mucho antes. En cáncer es posible, existen herramientas como el Palliative Prognostic Score, que combina datos subjetivos como la estimación clínica, con otros como funcionalidad (Karnofsky), disnea, anorexia y cifras de leucocitos y linfocitos; llegando a estimar la probabilidad de supervivencia <30% en 30 días. En cualquier caso, en cuanto existan datos de que la enfermedad está fuera de control o cuando el enfermo dice ¡basta!, el enfoque paliativo debe ser prioritario, facilitando el afrontamiento del final de su vida, evitando el encarnizamiento terapéutico al que con demasiada frecuencia se les somete a estas personas en sus últimas semanas (ver el post quimioterapia paliativa) y comprometiéndose en hacer todo lo posible para que el enfermo vida una muerte en paz. Afrontar la muerte en tres días es una bestialidad, compañeros.
Leer la noticia en la revista Jano y en ABC Salud)