A Antonio le diagnosticaron un cáncer muy agresivo, de pronóstico de vida limitado, y le enviaron a paliativos. “Allí te ayudarán”, le dijeron.
Desde el principio, dejó clara su voluntad de disponer de la opción de decidir cuándo y cómo morir, mediante una eutanasia. “No te preocupes –le dijo el jefe-, no te hará falta, no tienes que solicitar la eutanasia, nosotros aliviaremos tu sufrimiento con cuidados paliativos, hasta que tú decidas. Entonces te sedaremos y morirás sin sufrir”.
Dos meses después, encamado, solicitó al equipo de paliativos domiciliario esa ayuda para morir, pero se la negaron: “No podemos hacerlo, sería como una eutanasia. Y le largaron su conocido mantra: nosotros ni adelantamos, ni retrasamos nada”.
“¿Cómo he podido ser tan ingenuo? -se lamentaba-; me han engañado”, le dijo Antonio a su familia. “Ya no hay tiempo para una eutanasia. Sólo puedo esperar que esto no dure demasiado”. Decepcionado, murió diez días después.
"Mi madre confiaba en la ley de eutanasia aprobada y ha muerto engañada", decía el periodista de El País Alfonso Rivera en la Cadena SER. Mi madre no quería sufrir una agonía, que es una cosa muy dolorosa para lo que están alrededor y para el que lo sufre. Por culpa de la burocracia y de una ley que no es acorde con una realidad tan cruel y dura como es morirse, no la dejaron ejercer su derecho.
No culpa a los profesionales sanitarios, a los que Mari Luz suplicó que la ayudaran a acelerar el trámite de alguna forma, sin conseguirlo. “Quería vencer a la enfermedad cortándole las alas, diciéndole “ahí te quedas” a mitad de camino”. Pero como era el primer caso en Extremadura, le arrebataron su derecho, en vigor desde el 25 de junio de 2021. Hasta el día de hoy tampoco se puede ejercer en Madrid o Andalucía.
Si quieres disponer de la opción de decidir cuándo morir, no te dejes engañar. Firma tu primera solicitud, en presencia de un profesional sanitario que la rubrique, para que comiencen los plazos:
Desde el principio, dejó clara su voluntad de disponer de la opción de decidir cuándo y cómo morir, mediante una eutanasia. “No te preocupes –le dijo el jefe-, no te hará falta, no tienes que solicitar la eutanasia, nosotros aliviaremos tu sufrimiento con cuidados paliativos, hasta que tú decidas. Entonces te sedaremos y morirás sin sufrir”.
Dos meses después, encamado, solicitó al equipo de paliativos domiciliario esa ayuda para morir, pero se la negaron: “No podemos hacerlo, sería como una eutanasia. Y le largaron su conocido mantra: nosotros ni adelantamos, ni retrasamos nada”.
“¿Cómo he podido ser tan ingenuo? -se lamentaba-; me han engañado”, le dijo Antonio a su familia. “Ya no hay tiempo para una eutanasia. Sólo puedo esperar que esto no dure demasiado”. Decepcionado, murió diez días después.
"Mi madre confiaba en la ley de eutanasia aprobada y ha muerto engañada", decía el periodista de El País Alfonso Rivera en la Cadena SER. Mi madre no quería sufrir una agonía, que es una cosa muy dolorosa para lo que están alrededor y para el que lo sufre. Por culpa de la burocracia y de una ley que no es acorde con una realidad tan cruel y dura como es morirse, no la dejaron ejercer su derecho.
No culpa a los profesionales sanitarios, a los que Mari Luz suplicó que la ayudaran a acelerar el trámite de alguna forma, sin conseguirlo. “Quería vencer a la enfermedad cortándole las alas, diciéndole “ahí te quedas” a mitad de camino”. Pero como era el primer caso en Extremadura, le arrebataron su derecho, en vigor desde el 25 de junio de 2021. Hasta el día de hoy tampoco se puede ejercer en Madrid o Andalucía.
Si quieres disponer de la opción de decidir cuándo morir, no te dejes engañar. Firma tu primera solicitud, en presencia de un profesional sanitario que la rubrique, para que comiencen los plazos:
- Deberás entregar la 2ª solicitud al médico responsable en un plazo mínimo de 15 días.
- Después, un médico consultor deberá hacer un informe favorable en 10 días
- Por último, la Comisión de Garantía y Evaluación de tu Comunidad Autónoma te dará el ok definitivo, en un plazo máximo de 20 días.