Para vergüenza del estado francés, el culebrón de Vincent sigue vivo (en youtube se resume en 2 minutos). Laurence (del grupo internacional de DMD) me envía un resumen traducido del debate que han mantenido en Francia el obispo de Nanterre (una ciudad satélite de París) y un médico que dirige el Servicio de Reanimación del hospital de la Pitié-Salpètrière (un gran hospital parisino), en la cadena de televisión LCI.
El obispo cita la opinión de Marie de Hennezel, conocida paliativista francesa, que habla de "asesinato de estado" en el caso de Vincent Lambert, y también a Macron que en una famosa reunión en el Colegio Des Bernardins en París hace justo un año, en un diálogo abierto con la Iglesia, recalcó la misión de cuestionamiento ético de esta institución en nuestra sociedad (está la Iglesia para dar lecciones, añado yo).
Reafirma la condena de la iglesia al encarnizamiento terapéutico. Pero no ve encarnizamiento en este caso, piensa que tal vez hubo una reanimación excesiva en su momento, pero ahora mismo Vincent Lambert está vivo, aunque muy "fragilizado". En su opinión, lo que se discute no es suspender tratamientos, sino suprimir los cuidados, lo que genera una gran inquietud social, en particular entre las asociaciones de personas discapacitadas.
Para él, la cuestión fundamental es el "respeto de la dignidad de las vidas fragilizadas", y añade: "nunca es obstinación condenable la defensa de la dignidad de las personas fragilizadas". Además para él Vincent no está en una situación de final de vida y lo que está en juego es.... "la dignidad de nuestra sociedad".
El médico, expresa que es importante volver a situar el problema en su contexto médico. Soy médico reanimador. Cada año realizamos 20.000 Limitaciones del Esfuerzo Terapéutico en Francia, 2.000 en casos de pacientes con daño cerebral.
Los estados vegetativos como el de Vincent Lambert no existen en la naturaleza. Es una pura creación de la reanimación. Ningún enfermo puede llegar al estado de Vincent Lambert sin que se le haya impedido morir en un momento dado. Se tomó esta decisión en su momento para intentar salvarle. Pero constatamos ahora - y es tarde, muy tarde - que es imposible salvarle. La cuestión ahora es retirarnos, en términos terapéuticos. Usted afirma que la alimentación artificial no es un tratamiento: la realidad es que se administra a través de una sonda gastríca impuesta al paciente, sin que se le haya pedido nunca su opinión.
La idea de dar marcha atrás en medicina forma parte del sentido común cuando nos encontramos frente a un caso de encarnizamiento terapéutico. En caso de cáncer multimetastásico por ejemplo, nos retiramos y pasamos a realizar cuidados paliativos y no cuidados curativos. En el caso de Vincent Lambert, hay una petición expresa del paciente que ha sido instrumentalizada por una familia dividida. Es una pena. La decisión de suspender la alimentación y la hidratación artificial es de naturaleza idéntica a las decisiones de retirar ventilación artificial. Es una decisión de naturaleza médica. Sin alimentación artificial Vincent Lambert habría muerto hace mucho tiempo."
El médico, que no es un activista de la eutanasia, concluye que este caso no tiene nada que ver con una apertura hacia la regulación de la eutanasia.
Socialmente, la polémica está clara, una vez más una religión trata de imponer su creencia en la sacralidad de la vida a toda la ciudadanía. Pero que la sociedad es plural es una realidad tan inexorable como la muerte. Por eso los intentos de imponer sus creencias rayan el esperpento.
Profesionalmente, como se menciona en este blog (daño cerebral), para la medicina hace más de 20 años que este tema está resuelto: la alimentación hidratación por sonda en personas con daño cerebral no es un cuidado, sino un tratamiento que una persona puede rechazar en ese momento o de forma anticipada con un testamento vital o una historia de valores que su representante tiene la obligación de defender y los médicos de respetar.
Efectivamente, como dice la madre de Vincent, Hipócrates está muerto, concretamente hace 2.398 años.
Reafirma la condena de la iglesia al encarnizamiento terapéutico. Pero no ve encarnizamiento en este caso, piensa que tal vez hubo una reanimación excesiva en su momento, pero ahora mismo Vincent Lambert está vivo, aunque muy "fragilizado". En su opinión, lo que se discute no es suspender tratamientos, sino suprimir los cuidados, lo que genera una gran inquietud social, en particular entre las asociaciones de personas discapacitadas.
Para él, la cuestión fundamental es el "respeto de la dignidad de las vidas fragilizadas", y añade: "nunca es obstinación condenable la defensa de la dignidad de las personas fragilizadas". Además para él Vincent no está en una situación de final de vida y lo que está en juego es.... "la dignidad de nuestra sociedad".
El médico, expresa que es importante volver a situar el problema en su contexto médico. Soy médico reanimador. Cada año realizamos 20.000 Limitaciones del Esfuerzo Terapéutico en Francia, 2.000 en casos de pacientes con daño cerebral.
Los estados vegetativos como el de Vincent Lambert no existen en la naturaleza. Es una pura creación de la reanimación. Ningún enfermo puede llegar al estado de Vincent Lambert sin que se le haya impedido morir en un momento dado. Se tomó esta decisión en su momento para intentar salvarle. Pero constatamos ahora - y es tarde, muy tarde - que es imposible salvarle. La cuestión ahora es retirarnos, en términos terapéuticos. Usted afirma que la alimentación artificial no es un tratamiento: la realidad es que se administra a través de una sonda gastríca impuesta al paciente, sin que se le haya pedido nunca su opinión.
La idea de dar marcha atrás en medicina forma parte del sentido común cuando nos encontramos frente a un caso de encarnizamiento terapéutico. En caso de cáncer multimetastásico por ejemplo, nos retiramos y pasamos a realizar cuidados paliativos y no cuidados curativos. En el caso de Vincent Lambert, hay una petición expresa del paciente que ha sido instrumentalizada por una familia dividida. Es una pena. La decisión de suspender la alimentación y la hidratación artificial es de naturaleza idéntica a las decisiones de retirar ventilación artificial. Es una decisión de naturaleza médica. Sin alimentación artificial Vincent Lambert habría muerto hace mucho tiempo."
El médico, que no es un activista de la eutanasia, concluye que este caso no tiene nada que ver con una apertura hacia la regulación de la eutanasia.
Socialmente, la polémica está clara, una vez más una religión trata de imponer su creencia en la sacralidad de la vida a toda la ciudadanía. Pero que la sociedad es plural es una realidad tan inexorable como la muerte. Por eso los intentos de imponer sus creencias rayan el esperpento.
Profesionalmente, como se menciona en este blog (daño cerebral), para la medicina hace más de 20 años que este tema está resuelto: la alimentación hidratación por sonda en personas con daño cerebral no es un cuidado, sino un tratamiento que una persona puede rechazar en ese momento o de forma anticipada con un testamento vital o una historia de valores que su representante tiene la obligación de defender y los médicos de respetar.
Efectivamente, como dice la madre de Vincent, Hipócrates está muerto, concretamente hace 2.398 años.