(1943). He vivido 43 años. ¿Y si me queda lo mismo por vivir? ¿Llegaré a los 86? ¿Seré más sabio? ¿Más feliz? ¿Habré resuelto mis dudas sobre Dios, sobre la gente, sobre naturaleza y lo sobrenatural? No creo: la experiencia requiere tiempo; sin embargo, el tiempo -más allá de cierto conocimiento- no ofrece una experiencia más profunda. Simplemente seré mayor, ni más ni menos.
(1985). Hoy hace 85 años que vi la luz de este planeta. En semejante fecha el ser humano piensa en la muerte de manera diferente de como lo ha hecho en los 85 años precedentes. El hombre siempre es consciente de la muerte, considera que ésta forma parte natural del argumento incomprensible y complejo de la existencia, pero sólo de una forma intelectual. Después viene un período en el que uno asume que morirá. No es un sentimiento trágico, sino más bien un sosiego, como lo que se experimenta cuando se llega a comprender un misterio tras muchas cavilaciones.
Sándor Márai, Diarios 1984-1989, Salamandra, Bcn: 2008. (Foto: Fernando Bayona)
(1985). Hoy hace 85 años que vi la luz de este planeta. En semejante fecha el ser humano piensa en la muerte de manera diferente de como lo ha hecho en los 85 años precedentes. El hombre siempre es consciente de la muerte, considera que ésta forma parte natural del argumento incomprensible y complejo de la existencia, pero sólo de una forma intelectual. Después viene un período en el que uno asume que morirá. No es un sentimiento trágico, sino más bien un sosiego, como lo que se experimenta cuando se llega a comprender un misterio tras muchas cavilaciones.
Sándor Márai, Diarios 1984-1989, Salamandra, Bcn: 2008. (Foto: Fernando Bayona)