
Nicole reclamó sus derechos en los tribunales y le dieron la razón. Por eso Canadá discute cómo ampliar los requisitos de la ley, para los casos en los que no exista una muerte razonablemente previsible (o con pronóstico de vida limitado, según la ley española).
Como a muchas otras personas discapacitadas, a Nicole le molesta que la consideren una persona vulnerable que necesite ser protegida para que no la obliguen a pedir una muerte asistida. La vulnerabilidad es un concepto utilizado hasta la saciedad de una forma muy paternalista, por personas que gozan de buena salud. El mensaje de que una ley de eutanasia transmite la idea de que la vida con discapacidad no vale la pena y promueve la coacción sutil, a través de actitudes sociales y falta de apoyo social, es una forma retorcida de utilizar el lenguaje que no solo muestra un paternalismo inadmisible, sino que es completamente falso. Lo que se esconde, lo que está detrás, no es el interés por proteger a las personas, sino una ofensiva contra la muerte asistida.