Juan G Bedoya, El País, 7/10/2001
'No puedo más. Estoy muy cansada, muy cansada'. La enfermera Juana Luengo va a morir pronto, sin cura posible, y clamó ayer con desgarro por la única piedad que dice esperar de la sociedad española a las puertas de una muerte anunciada. Su derecho a la eutanasia. El bien morir. El testimonio de esta enfermera de 57 años encogió el corazón y humedeció los ojos del centenar y medio de personas que asistieron a los debates organizados en Madrid este fin de semana por la asociación Derecho a Morir Dignamente (DMD)
'No puedo más. Estoy muy cansada, muy cansada'. La enfermera Juana Luengo va a morir pronto, sin cura posible, y clamó ayer con desgarro por la única piedad que dice esperar de la sociedad española a las puertas de una muerte anunciada. Su derecho a la eutanasia. El bien morir. El testimonio de esta enfermera de 57 años encogió el corazón y humedeció los ojos del centenar y medio de personas que asistieron a los debates organizados en Madrid este fin de semana por la asociación Derecho a Morir Dignamente (DMD)