Cuando despierta de la niebla de la morfina, los ojos de Maru siguen ahí, expresivos. Firmes. Todo lo demás lo ha cambiado la Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA), una enfermedad que paraliza progresivamente los músculos hasta la muerte. Dos tubos le nacen del brazo y el vientre en un cuerpo desmadejado que no representa los 67 años que tiene. La grisura se clava en el cabello y la mirada. El temblor de la barbilla indica que desea agua (es decir, que se la pulvericen en los labios, no puede tragar) o que la recoloquen en el sillón articulado.
—¿Quieres vivir?
Santiago se sienta frente a ella. Sostiene un tablero electrónico con letras agrupadas en fondos de colores. Maru dirige la mirada y él trata de adivinar el signo al que su esposa está apuntando. Escribe en una pantalla:
—No.
—¿Qué quieres?
—Quiero morirme.
—¿Por qué quieres morirte?
Maru mueve la cabeza y encoge un poco los hombros. Los ojos se posan en la manta que la cubre, los brazos que se escurren. Es decir, en la desolación que la rodea. "Porque no quiero sufrir", traduce el aparato. "Vivir así no es vivir".
Ana Alfageme, El País, 17/12/2018
—¿Quieres vivir?
Santiago se sienta frente a ella. Sostiene un tablero electrónico con letras agrupadas en fondos de colores. Maru dirige la mirada y él trata de adivinar el signo al que su esposa está apuntando. Escribe en una pantalla:
—No.
—¿Qué quieres?
—Quiero morirme.
—¿Por qué quieres morirte?
Maru mueve la cabeza y encoge un poco los hombros. Los ojos se posan en la manta que la cubre, los brazos que se escurren. Es decir, en la desolación que la rodea. "Porque no quiero sufrir", traduce el aparato. "Vivir así no es vivir".
Ana Alfageme, El País, 17/12/2018